jueves, 16 de abril de 2009

CARTA DE JESUS EN ESTA PASCUA

Querido Hijo:
Fue hace algo menos de dos mil años, al amanecer de una mañana luminosa, en las afueras de Jerusalén: una fuerza impresionante se apoderó de mí, mi cuerpo sin vida se reanimó de manera misteriosa, y de pronto quedé libre de las ataduras de la muerte, y de las vendas con que me había envuelto María, mi Madre, ayudada por otras mujeres, en la tarde de aquel viernes.
La piedra que cerraba el sepulcro se corrió, y me encontré en medio de un prado, con María Magdalena, que al principio no me reconoció.
¡Es el milagro de la Resurrección!, que hoy festejamos.
Pero el milagro no acaba con la Resurrección, sino que empieza allí, y se prolonga hasta el día de hoy, 16 de Abril, en que, estando vivo, vengo a visitarte.-
Eso es lo primero que quiero que sepas:
Que soy un Dios que está vivo, y que sigo en medio de los hombres, a los que amo como solo Dios es capaz de hacerlo.
***
En este día de alegría, quiero abrir mi corazón, y quiero que abras el tuyo y me escuches.
Acá estoy, muy cerca de ti; aunque no lo notes, camino a tu lado, te cuido y te quiero; cuando trabajas, cuando descansas, cuando estás con los demás, cuando te sientes cansado, o desanimado, contento o triste, Yo estoy con vos.
Te quiero, te necesito, y confío en vos, para que juntos, vayamos construyendo la civilización del amor.
Se trata de hacer una revolución, pero de hacerla en Paz y en silencio, construyendo, a partir de pequeños gestos de amor, un mundo mejor, en el que los hombres se encuentren y se quieran como verdaderos hermanos.
Mirá: muchas cosas andan mal en el mundo, porque la gente ha dejado de escucharme, y se ha apartado de Mí.
Basta oír la radio, o ver un poco de televisión: uno encuentra por todos lados que la violencia, el egoísmo y la mentira parecen dominar el mundo.
Pero no, hay millones de personas buenas, como vos, que son mis amigos.
No tengas miedo de acercarte a Mí; Yo te espero en los Sacramentos, en la lectura de mi Palabra, en la Reconciliación y en la Eucaristía.
He querido quedarme en la Iglesia, y allí te estoy esperando.
Cuento con vos, te necesito, para sembrar el Amor a lo largo y a lo ancho del mundo.
En este día de Pascua, quería decirte estas cosas, para que tu vida empiece a cambiar.
Un abrazo,
Jesús.-

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