viernes, 1 de mayo de 2009

Apuntes Charla Roberto Canessa Colegio Marin

Considero a el rugby como un bolso de valores morales.
Vimos un video de 19 minutos que recopila Nicola.
En la vida hay que identificarse con la actitud de salir adelante, en lugar de victimizarse.
YO tenía 19 años en el 71, había sido un alumno que me portaba más o menos. Los curas nos daban disciplina muy dura. Había empezado la facultad de medicina, y me pareció que la medicina tenia un poco de pasión humana para ayudar a la gente. Estaba en primer año y surgió la posibilidad de ir a jugar a Chile.
Eran aviones nuevos, de la fuerza aérea uruguaya.
En Mendoza tenían que pasar la noche en Mendoza por el mal tiempo. El avión no podía pasar por sobre la tormenta, entonces pasamos por el costado, agarramos un pozo de aire, estábamos un pcoo nerviosos todos.
El avión golpea y pensé que me moría, y que finalmente iba a conocer el misterio de conocer a Dios, de encontrarme con la muerte. Me daba cuenta que vivía los últimos momentos, Rezábamos y todos esperábamos el golpe, nos golpeamos, y paro el avión, y yo vivo, los brazos y piernas, me había salvado... Muchos lastimados, algunos muertos y una cosa absurda de gente que se movía, golpes, delirantes, y saliendo detrás del avión y veo que había un agujero enorme en la cola del avión ausente. Me paraba en la nieve por el boquete de atrás del avión. Un verdadero despiole con nieve onda, gente con un fierro en el estomago, otro con la pierna colgando. Me encontré trabajando de médico, y pensé que iba a ver gente para ayudarnos. Nieve, picos altos y paz sepulcral. Quería encontrar una puerta o algo para salir de esa situación. El piloto estaba vivo, era real, todos tratando de ayudarnos, algunos otros quietos y paralizados por el shock, el piloto tenia todo el pecho apretado con los instrumentos. El piloto nos dio un indicio de que estábamos cerca del la llegada. Pidió un revolver, pero tratamos de sacarle los fierros. Nos pedía agua y no había. Comíamos nieve, fuimos a buscar al capitán. Las caras estaban tan golpeadas que no sabíamos quién era quien.
Nos agarró el frio de la noche, los heridos, los sanos, nadie respetaba nada, creíamos que nos íbamos a morir. Me dormí.
Silencio total. Nos organizamos para esperar el momento que vinieran a rescatarnos. Los más graves se murieron. Pusimos valijas para que el frio no entrara por la parte de atrás. Poníamos los pies debajo de las axilas del de enfrente. Cuereamos los asientos, y nos tapábamos con eso. Algunos empezaron a hacer mitones, otros lentes. Alguien derritió agua con aluminio brillante que se derretían por el sol.
Empezó a surgir una ayuda de unos a otros, empezamos a querernos, como pasar de ir de joda a Chile a sentir que te podes morir, que el íntimo amigo estaba muerto al lado tuyo, que estás desesperado, y sentir una necesidad de Dios, diferente al de la vida de acá, a un dios al que le pedíamos salir de acá, pedíamos salvarnos, pedíamos hasta con telepatía que nos vengan a salvar, cualquier cosa que nos pueda ayudar a salir de ahí.

La primera expedición sale con 3 de nosotros, buscando ver donde estábamos. Era absurdo salir con el frio que hacia.
Sentíamos que el botón del cinturón cedía un botón más cada varios días.
Un día sentimos un ruido de un avión que pasaba por encima de nosotros y nos dio tristeza por los que no pudieron sobrevivir, y empezamos a tener ideas de cómo comunicar a los seres queridos de los muertos. Pensábamos y nos entusiasmamos con la búsqueda. Veíamos aviones que pasaban. Pero también estaba la inciativa de salir. En la primera expedición salieron 3 y no volvieron a la noche, y pensamos que se habían muerto.
YO quería vivir, quedarme en la tierra y le pedía a Jesús que me salve, le prometía que iba a ser buena persona, y cuando volvieron los 3 me emociones, con su llegada aunque en muy malas condiciones. Ellos trajeron malas noticias, por lo imposible que resultaba salir de acá.
Esa desilusión mas el hambre, pensamos como comer y ahí empezamos a pensar en comer a los muertos. Al estudiar medicina sabía que eso nos podía salvar desde el punto de vista bioquímico, pero comerte un muerto... qué horrible. Y alguien dijo que JC hizo una comunión con su cuerpo y sangre, podíamos hacer algo parecido. Hablamos varios días de eso. Un día escuchamos que se había suspendido la búsqueda y con una radio chiquita escuchamos la mala noticia que la búsqueda había terminado. O salimos por nosotros o nos moríamos. Pensamos que era lógico pero sin comida desorientados y desesperados por la familia, fue muy triste. Pero también las alegrías se hablaban bien fuerte. Hablábamos de comidas ricas y jodíamos con manjares de todo tipo. “voy a buscar una coca cola afuera, alguien quiere?… si traeme una”...
Vivíamos en un lugar donde de repente hacíamos chistes, nos peleábamos, y nos abrazábamos, y toda una vorágine de pensamientos y comportamientos. Pensaba en mi novia, y mi mama, y pensé que tenía que volver como fuera posible a pesar de la nieve.
Después se hace otra expedición, donde 2 volvieron destrozados. Yo dije, corto un pedazo y me lo como. Pero cuando llegá ahí, no es que que te sevís sino que tenés que quitar el hielo, cortar y era muy complicado. Ttenés que decidir si como o no lo como. No podía aceptar y solo por la las ganas de vivir lo pude hacer.
Empezamos a llevar pedazos para los otros y se empezó a transformar en algo común, con 30 grados bajo cero. La parte del canibalismo era comprar tiempo porque teníamos que salir del lugar. A partir de las 4 de la tarde se iba el sol. Hablábamos, rezábamos, sentíamos que estábamos en el peor lugar del mundo. Hicimos unas camillas altas para los heridos, pero era lo peor, con frio, comiendo muertos y muriéndonos de a poco.

Un día llego un alud, y a los 29 dias pensé que me moría porque me había tapado la nieve y me había entregado y estaba ya listo para morir, hasta que me destaparon la cara y pude respirar, y nuevamente un bardo entre los que tratábamos de sobrevivir. Miraba a los muertos y moría de envidia por lo duro que la teníamos que pasar los vivos. Horrible. Todos desesperados para sobrevivir. Todos pensamientos de qué íbamos a hacer. Teníamos que usar a los a que estaban muertos adentro. Durísimo
La pregunta es ¿Cuál es el límite de cuando no aguanto más? El día que te morís solamente.
El no aguanto más es un verso porque siempre se puede hasta el día que te moris.

Tuvimos que esperar para poder lograr salir a los 3 días del alud. Cada vez que veo la luz le agradecía a Dios.

Un día caminando al lado del avión y me dicen que yo podía acompañarlo a llegar a caminando y acompañarlo a Fernando que tenía ganas de ir caminando. Arturo me dice vos no sabes lo que es tener las piernas rotas y depender de personas como vos. Vayan a buscar el rescate. Mis piernas eran mis reservas. Me hizo sentir con mucha fuerza y se acercaba mi decisión de decir que si a la expedición. Mirábamos la montaña enorme y no creíamos posible.

Teníamos la duda de ir para chile o argentina. Decidimos arrancar y todos con mucho entusiasmo para ayudarnos para la expedición.
Vimos la cola del avión cuando empezamos a caminar durante 4 horas. Y la cola abrió un espectro nuevo, encontramos pilas para la radio, hicimos noche en la cola y bajamos un montón sabiendo que teníamos que volver necesitaría mucho esfuerzo. Los 3 de nosotros queríamos unirnos para no perder el calor. Volvimos a la cola. Nos distrajimos con la intención de prender la radio y pedir ayuda.
Trataos de hacer andar la radio en la cola y Vicentin se metió para adentro y saco un material de aislación para hacer una bolsa de dormir. Porque la noche era el problema. Cargamos eso y volvimos arriba y cociendo una bolsa de dormir. El material era muy débil.
Arrancamos y Javier Methol, el veterano, me dijo que íbamos a llegar. Estábamos seguros que iba a llegar.
A las 4 de la tarde estábamos helados y no había lugar para dormir, encontramos un poco de piedras y me cayeron unas lagrimas de impotencia hasta que encontré un lugar chatito y ahí decidimos dormir. Me llamaba la atención que un ser humano disfrute del cielo estrellado aún en esa situación. Caminamos más y le digo a Nando que había dos caminos del lado argentino. Vos estas seguro que hay dos caminos? Yo me vuelvo, yo sigo decía Nando. Esperemos hasta mañana y ver si desde la cima se veía más. Cuando crees que la cima estaba ahí, después ves que la cima hay otras3 cimas más, como en la vida, no?
Fernando me manda a llamar y veo que en esa cima no había posibilidad. Fernando muy optimista con la elección de un camino entre picos. Sentíamos ruido de aviones, y también empezamos a delirar. Después de las 7 de la tarde, prefiero no contestar porque estaba demasiado cansado. Al otro día la cordillera era una pureza, cielo azul, una brisita linda, era un mundo increíble y sentí que la montaña era mía. Nos tirábamos patinando en la nieve largándonos con todo.
Caminamos, caminamos, trabajando con la mente de manera de pasarla mejor. Una tarde a las 4 de la tarde me pareció ver la salida.
Pasamos la noche y empezamos a sentir ruidos de agua, de debajo de agua. Empezamos a tomar agua con azufre y vimos un manchón verde de vegetación. Agua pasto, piedras, una lagartija parada, levanté una piedra para mi novia. Pensé que iba a vivir. Poníamos la bolsa a dormir en el pasto, una vaca, dialogando y peleando entre nosotros y teníamos de postre pasta de dientes.. con una diarrea total.
Una tarde veo unas huellas y ya era evidente que tenía que aparecer gente, y me siento a mirar y Nando llega con el informe optimista diciendo que no podemos salir de acá, pero por ahí podemos cazar una vaca. Matar una vaca con una piedra… jajajaja
Y en eso veo que pasa un tipo a caballo. Corrimos y discutíamos entre nosotros, y lo volvimos a ver y le gritamos. Escuchamos mañana…. Y aceptamos ese mañana.
Nos organizamos para dormir 2 horas cada uno y yo no pida dormir, pensando que me era la última posibilidad. Al otro día Nando viene con un pan que nos dio el arriero. Yo comí uno y el otro se lo día a él, ya que prefería compartir y esperar. Después el arreiro me dijo que le había dado a Nando 8 panes, y el guacho se había comido 6 panes y me trajo sólo 2 ¡!!! Jajajaja
Después encontramos un mapuchecito. Que me lleva a caballo. Llegamos a un ranchito y nos comimos unos porotos. Después a la tarde llega el ejército y al otro día empezamos a sentir gritos y de entre la neblina y viene tipos con cámaras micrófonos, trajes, y nos vienen a reportear y jamás me imaginaba creer que somos héroes. Yo solo queríamos hablar con los familiares de los muertos, llevarle recuerdos, y toda esa parafernaria de reporteros.
Habla Laura. A los 14 años empezamos a salir juntos con Lauri. Las novias nos unimos entre nosotros con las madres. Rezábamos el rosario y recibíamos las noticias de la búsqueda. Nos contaron que la búsqueda se suspendió antes de tiempo por la cantidad de nieve que había caído. Mi papá quería encontrar una respuesta. La mamá de Roberto decía tocándose el pecho que sentía que su hijo estaba vivo y que iba a volver.
Un día nos sé por qué mama tenií una cara rara pero me dice que habían aparecidos 2 muchachos del avión. Fuimos a la radio y no había respuesta ni noticias. A las 2 de la mañana me encontré sentada en mi cama y mi papa abrazado de mi y me dijo, “tenias razón tu novio está vivo”. Fuimos a Chile a buscarlo y soñaba con el encuentro en el hospital y cuando se abre el cuarto lo vi en muy mal estado, llorando y no encontré en esa cara el lugar para darle el beso que esperaba al mejor estilo Hollywood, porque estaba todo roto y peludo.
Las lecciones aprendidas son muchas.
Se trató de un episodio de personas comunes y corrientes enfrentados a eventos terribles.
No se sienten a esperar los helicópteros en la vida porque a veces no vienen.
No se asusten de los conflictos entre las personas porque son necesarios y porque es un costo operativo el discutir.
También que hay un dios sin duda, que ojalá nos acompañáramos más.
Yo estaba preocupado de esos cuatro chicos que quedaban huérfanos de los Nicola. Hoy en día ellos han salido adelante en la vida.
La vida nos da mucho más de lo que necesitamos y hacemos mucho menos de lo que podemos, y para peor nos vivimos quejando.
Si tenemos un lugar para dormir y un plato de comida el resto depende de vos mismo.

Tenemos a Pedro Algorta, uno de los sobrevivientes, le voy a pedir que venga para delante.
Cada uno tiene sus propia penas, cuando damos estas charlas las personas ven las proyecciones de si mismos.
Es una historia de grande errores y burradas, no eramos muy inteligentes pero le metimos coraje y entusiasmo.
Liliana Methol para muchos de nosotros era la persona con la cual nos comunicábamos y nos daba tristeza en las condiciones que estaba ella.
En ningún momento hiciste un solo reproche contra dios, nos hace mucho bien la aceptación de lo que les paso. La amistad, los momentos de oración, nos hace ver que la vida espiritual no esta reñida con el deporte, con le trabajo, ni con nada.
La espiritualidad estuvo continuamente presente. Sabía que dios no tenía nada que ver porque era una decisión del hombre la del accidente. Al hombre le cambia la cabeza en situación de crisis. El espíritu del rugby nos hacia bancar los errores en función del equipo.
La vida en el fuselaje era muy aburrida, días my largos, pensando que hacer si ellos no volvían. Recuerdo que el 22 de diciembre, prendimos la radio y por primera vez escuchamos que había dos caminantes que se creía que era del avión uruguayo. Ese día nos dimos cuenta que lo nuestro era importante. Nos ocupamos de nosotros mismos, pero vimos que el mundo también nos estaba esperando.
No te das cuenta de lo que tenés hasta que dejas de tenerlo. Y valorarlo cada día es la base de la alegría.
Que la juventud de ahora no respeta a los mayores, ya lo había dicho Aristóteles. Pelé había dicho que los chicos tienen que pasar algunas dificultades, y creemos que le tenemos que dar a los chicos muchas cosas de las que necesitan para honrar nuestro rol de padres. El ejemplo es el mejor manera de enseñar, si es que hay otra. Y lo primero que te copian son los defectos. Los chicos siempre van a tener cosas por sufrir.
El hecho de ir a un colegio de cristiano y de rugby es sin duda una herramienta importante. A mi como hijo de superviviente me sirvió es conocer su historia.
A mi me sorprendió cuando regresaron de la montaña que todos hablaban de Dios.
Salir de la montaña es trabajar duro, todos tenemos nuestras montañas y todos podemos con ellas.
Nosotros no planeamos esto. Nos paso caernos en la montaña. Todo lo que podemos decir es cómo salir adelante. Ese es el ejemplo, no nos consideramos distintos, creemos que cualquier a de ustedes podría hacer lo mismo que nosotros.
¿Como encarar la vuelta a la ciudad? Sentía que tenía que vivir el presente. Tuve la suerte que dos compañeras de facultad me ayudaron a insertarme en la facultad. De mañana iba a la facultad, a la tarde trabajaba de estrella.
Nosotros tuvimos la lucha más sana que la del hombre contra la naturaleza, y es lo más sano. Distinto de la guerra entre el hombre y el hombre.
A los 3 meses de salir de la montaña entré en la facultad y a los 35 años después del accidente ahora me permito hablar, dijo Pedro Algorta. Cuando volvimos fuimos recibidos con aplausos y alegría. Los que vuelven de la guerra son cuestionados por la sociedad.
Cuando tenemos un trauma, no es importante el trauma, sino lo que hacemos con el trauma.
Cuando escuchamos en la radio el Ave María al momento de escuchar que habían llegado los chicos, claramente lo recibimos como la señal de que lo nuestro había llegado a su fin y que íbamos a salir de la montaña.
Se preguntaron alguna vez para que les pasó esto? –preguntó un paticipante-. NO. Me parece que todas las experiencias le tenés que sacar lo mejor y por lo menos traerte algo de vuelta. Me sirvió para dar me cuenta que sentís cuando no podés más, qué sentís cuando trabajas en equipo, cuando hacés las cosas por los demás, cuando salvas a amigos, lo que sentís cuando viviste como viviste.
Nos pasó para contarle a uds que en cualquier momento se te cae el avión y tenés que estar contento con la vida que llevaste hasta ese momento porque cuando se te cae el avión ya es muy tarde.
Pedro dice que Roberto sí es un héroe.
Volver a la vida común y a la cancha lo logramos poco a poco, ayudados por el paso tiempo. Volvimos a salir campeones.
Somos la representación de los sueños de muchos rugbista, y le sirve a la gente de rugby.
Es mucho más fácil ser católico en la montaña cuando no hay nada. Nuestra máxima ilusión cuando estábamos allá era la de ir a misa a las 7 de la mañana y después ir a tomar el desayuno.
En la montaña cuando ves la magnificencia te sentís amigo del creador. Es un sentimiento mistico que el hombre es capaz de sentirlo cuando no está anestesiado por el mundo de hoy. El mundo nos saca de la posibilidad de acercarnos a la parte mística-espiritual. Es mucho más difícil estar cerca de Dios en el conformismo en el que habitamos.
Carlos Paez siempre pide un aplauso para Nando y Roberto.
Aprender del error
Algunos vuelven a la montaña para volver a hablar con Dios como lo hacían en aquel momento. El humor en las situaciones más terribles autentifica las personas y los eventos, y también las sensaciones que teníamos. Sin duda fue uno de los ingredientes que nos ayudaba salir adelante.
Cuando me encontré con mi madre me dijo que parecía un viejito. Mi padre estaba en la búsqueda y como el avión se rompió en Mendoza se tomó un bus que también se rompió y decidió tomarse un taxi. El taxista le dice que hubo 2 sobrevivientes, y el taxista dice que con un poco de duda aunque finalmente le confirma que había escuchado en la radio su apellido, y así empiezan a abrazarse en medio de la calle.
EL papa de Pedro le dijo que perdón por haberte dado por muerto. Fue terrible para los familiares. Cuando el me pidió perdón no lo entendi. Mama siempre pensó que yo estaba vivo.
La vida sigue, se vive paso a paso, para grandes proyectos hay que bajar la vista y sentir que vamos a acercarnos , sin preocuparnos del resultado, se puede llorar pero no hay que parar de caminar.

Charla en el Colegio Marín, 27 de abril 2009 (At E de Marcos)

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