miércoles, 7 de abril de 2010

TESTIMONIO DE PASCUA JOVEN

En pascua joven este año asistieron 2600 chicos. 2600 jóvenes con ganas de vivir una pascua en serio. Ante la oportunidad de 4 días para poder irse de vacaciones, prefirieron encerrarse en un colegio para estar con Dios. Para fortalecer su vínculo o en algunos casos para crearlo. La Semana Santa es un momento muy importante para la vida de los cristianos, y yo cada año veo que los jóvenes se lo toman más en serio.


A mí siempre me costó escuchar cuando los adultos, o incluso mis padres dicen que la juventud está perdida. Yo tengo 23 años y me siento un adolescente. Y me impresiona como muchos chicos de mi edad dedican estos días para anunciar la buena nueva, salen grupos de misión disparados para todas partes de la Argentina, otros 2600 chicos (cuando en el 2004 eran solo 500) se van a la Pascua Joven del Marín, y otros cientos a otras Pascua Joven de diferentes diócesis. Yo estuve dentro del grupo de organización de Pascua Joven los últimos 3 años, y asistí los 4 años anteriores, y escucho muy seguido gente que dice que Pascua Joven es una moda, es verdad, puede que lo sea, pero ya era hora de que llegara alguna moda buena.

La idea de Pascua Joven es concientizar a los chicos de qué es lo que pasa en Semana Santa y por qué. Es un retiro donde los chicos dejan de ser espectadores del Via Crucis y pasan a ser protagonistas. Cuando Jesús muere, muere junto a todos los defectos y dolores que no nos gustan del día a día, para después poder resucitarlos con Él. El lema de este año fue: “Joven, yo te lo ordeno, levántate” donde se trató que los chicos despierten de la cotidianeidad y la masificación, y descubran y sean coherentes a su verdadera esencia. El hecho de que se trabaje en grupos y puedan compartir todo lo vivido les hace darse cuenta de que no están solos y de que hay muchas personas viviendo lo mismo que ellos, y que si se apoyan mutuamente, el camino es mucho más fácil y mucho más lindo.

Que hubiera cerca de 2600 chicos, significa que son muchos los que tienen esa necesidad de Dios pero que durante el año se les hace difícil seguirlo porque caen en la rutina. En Pascua los chicos dejan de lado la rutina y se meten a fondo en las celebraciones. Y la respuesta de los chicos es increíble, no sé si alguno de ustedes sabe lo que es escuchar a 2600 jóvenes cantar a los gritos “Quiero ser santo señor, porque vos me lo pediste”, o en absoluto silencio cuando Jesús está siendo crucificado. Son imágenes que no se van de la cabeza fácilmente.

Por eso lo que les quiero pedir a continuación, es que permanezcamos en oración por todos los jóvenes, tanto como los que fueron a Pascua Joven, como los que salieron a misionar, para que este fuego que se encendió en Semana Santa no se apague y los chicos se sientan invitados a tener una participación más activa en sus parroquias durante el resto de año, manteniendo así la llama encendida. ACHO

1 comentario:

P.Georgie dijo...

Muy bueno, Acho.
Se ve que esas imágenes, más que difícilmente se borren de la cabeza, aún menos de tu corazón.
Te agradezco el argumento y la pasión. Pero no te enojes.
EL vinagre suele ser propio de los adultos -desgraciadamente algunos jóvenes también- que sólo ven lo negativo y las esquirlas de una sociedad que estalló. No bebas de ese ácido; prometete no hacerlo nunca.
Te mando un abrazo y te agradezco el testimonio vibrante.