domingo, 11 de julio de 2010

TESTIMONIO OPORTUNIDAD VI

“Que la Alegría de Dios siga reflejándose en nuestros rostros!”






¿Cómo expresar en palabras todo lo que recibimos, vivimos y palpamos durante el tiempo que duró Oportunidad?
Cada vez me maravilla más como el Señor se va manifestando en cada una de las retirantes y de nosotras como equipo.
Cada retiro es diferente, y en cada uno, Él se vale de distintos corazones, distintas manos y miradas para hacerse presente en nuestra vida y la de los demás.
En el ejercicio de meternos para dentro y tratar de dar luz a aquéllos lugares que permanecen oscuros, vamos descubriendo cómo nada de lo que nosotros padecemos, sufrimos y vivimos es extraño al Señor. Él vivió en cada una de las células de su cuerpo nuestros dolores, nuestras miserias y nuestras negaciones a su Amor. En Él encontramos la salida a todo este embrollo de emociones, desgarros profundos, enfriamientos, heridas y desencuentros.
Nuestra realidad sigue siendo la misma......al volver a casa después de dos días de no estar, nos encontramos con que todo esta en el mismo lugar, las personas ocupan el mismo espacio que siempre, sus palabras siguen siendo las mismas, sus reacciones y dudas también, pero lo que sí cambió dentro nuestro, es el haber descubierto y experimentado Su Presencia, que yace debajo de toda esa realidad que por momentos es muy difícil de transitar, dándonos la seguridad, de que Él esta ahí, que nos lleva en la palma de su mano, y que nada, va a quitarnos, - si estamos aferrados a Él -, la tranquilidad de saber que caminando y dejándonos llevar por Él; nuestro destino está asegurado, a pesar de que a veces el camino este plagado de obstáculos que por momentos resultan infranqueables.
Hay un momento oportuno para cada cosa, y el fin de semana pasado, fue el momento para experimentar la acción clara y fecunda del Espíritu Santo...en nosotras como equipo y en el corazón de cada una de las retirantes de Oportunidad.

2 comentarios:

mónica zanino dijo...

Gracias Vero y equipo por todo lo que nos dieron. Es como vos decís toda está en el mismo lugar al regresar a casa, pero nuestro espíritu está lleno. En mi caso la música me acompaña a diario, no solo en casa sino en el auto, en especial el tema "noche hacia la Pascua", revivo lo que Él sufrió en Getsemaní y mi corazón vibra pensando en la pequeñez de nuestra vida. Y me da fuerzas para seguir el camino.
Miro lo que se presenta a diario con otra mirada, no dejandome de preocupar, pero como tomando distancia y recordando que hay un tiempo para cada cosa y este tiempo es ahora. Deseo que el Espíritu Santo nos acompañe ahora y siempre

Marcelo Roma dijo...

Es una gran alegría el ver como la comunidad crece en miembros y en Espíritu y esto nos ayuda en nuestro día a día por que es más fácil cuando uno se da cuenta que no esta solo, que cuenta con toda una comunidad impregnada del Espíritu Santo para caminar con uno.