viernes, 14 de agosto de 2009

FILOSOFANDO SOBRE EL EPITAFIO....



Alguien dice: "Murió fulano".
Otro pregunta: "Y... ¿dejó mucho"?
"Sí. Todo" !!! es la respuesta.
(Clásico cuento del Padre Emilio Bonell, en la meditación de la muerte)

El epitafio como dinámica abrupta dentro del retiro, tiene este sentido: Poner a la muerte en nuestra agenda, pero no para horrorizarnos por ella, sino para ocuparnos de nuestra vida. De la que tenemos hoy.
¿A quien que ya haya muerto, le importará la muerte?.
Si como creemos nosotros, después de la muerte habrá vida eterna, quien ya estuviera disfrutando de ella, no se preocupará más por la muerte, porque será inexistente. Ni tampoco se preocupara por la vida que tiene, porque pase lo que pase, está será eterna.-
Si no creyéramos en la vida eterna, la cosa se nos complica mucho más. Tanto que no tiene sentido que nos sigamos preocupando por cómo hacemos las cosas.
Cerremos la computadora ya, y vayamos a disfrutar de la vida de la manera más salvaje que se nos ocurra. La mayoría de la gente lo hace... es de alguna manera el "ley motive" de nuestro tiempo. Disfruta ahora. Llame Ya...
Entonces, si seguiste leyendo... es porque estás en la primera opción. En la opción minoritaria. La muerte nos importa solo a los que tenemos vida aún, y creemos en la vida eterna.-
La muerte tiene esta particularidad. Es un instante que divide las aguas en forma tajante. Es un hachazo en la raíz. Hoy se está. Ayer se estuvo, hace dos minutos se estuvo. A partir de ese instante fatal... YA NO SE ESTA MAS.
Increíblemente, de un instante para el otro, sencillamente se deja de estar. O al menos no se estará más, de la misma forma que se estaba.
Siempre me hizo gracia cuando escucho el siguiente diálogo: "Che, sabés que murió Pedro"? Y el que recibe la noticia dice: "Pero cómo? No puede ser. Si antes de ayer hablé con él..."
Antes de ayer -en clave de eternidad- no son 48 horas. Más bien podrían ser millonésimas de micro segundos. Después de que uno se muere ¿que viene a ser ayer o antes de ayer?
La vida entonces pasa a ser para el muerto como un diario viejo. Una historia irreversible.
La dinámica del epitafio apunta a esto: a jugar ficticiamente con la posibilidad de estar muerto y al mismo tiempo tener la capacidad de revisar modificar, cambiar, mejorar, lo que todavía es reversible.
El entretiempo es eso. Un descanso en el que se planifican modificaciones. Es un momento de esperanza, porque sabemos que todavía se puede cambiar. Hay tiempo.
El epitafio dentro del entretiempo es jugar a que ya no hay más tiempo. Pero sabiendo que en realidad si lo hay.
El tema es no perder ese tiempo extra. O como lo graficaron muy bien las mujeres con la marca de su retiro: Oportunidad.
De eso se trata, de no perder La Oportunidad.
abrazo a todos los vivientes... ESTEBAN M. MAZZINGHI.-

2 comentarios:

ale dijo...

Pensar la muerte y tomar consciencia de su presencia en nuestras vidas es como hacer un alto en el camino y reflexionar a cerca de como vivimos y como queremos seguir haciéndolo. Un artículo muy interesante, lindo blog. Felicidades. buen fin de semana, un beso.-

Entretiempo dijo...

Gracias Ale por participar y por tus buenos deseos. Beso.